Hace días tuvimos la oportunidad de enviarle varias preguntas al amigo, poeta y escritor colombiano Sergio Marentes, el mismo que regala poemas personalizados en → Regálate Un Poema y que en su blog personal → Rastros De Lo Que Me Lee habla de las huellas que dejan los libros en su piel.
Acá se nos presenta un poemario que reúne versos dispares y diversos, como la vida misma, como cada ser humano que se debate en un mundo no menos anómalo. En este libro el autor nos revela tres versiones de la misma circunstancia vital que cualquiera podría vivir: “De este lado” Una perspectiva inmersa; “Del otro lado” La visión desde el afuera aferrado a la negación y al apego; “De ningún lado”. La visión desde el afuera objetivo. Esa circunstancia puede ser la muerte, la cercanía a ella, el nacimiento, o mejor, ese preciso instante cuando estamos por dejar de ver le túnel, y dejarlo tras nuestras huellas, el que sea. UN BICHO CAYENDO CON ÉPICA AGONÍA no es otra cosa que la lucha infinita por salir libre, e ileso de ser posible, de esto que llamamos vida.
Este es su twitter @SergioMarentes
¿Quién es Sergio Marentes?
Es una mezcla heterogénea llamada sociedad del tercer mundo. La gran mayoría pretende tener, no saber. Bastaría con saber.
Un bicho cayendo con épica agonía
Es un soñador profesional. Es
un lector consumado. Un hombre que observa permanentemente su entorno, lo lee,
y pretende cuestionarlo, o al menos definirlo a través de lo que escribe. Lee
mucha poesía para saber, o por lo menos, comprender mejor, de qué está hecho un
hombre.
¿En qué momento de tu vida te
diste cuenta de que la poesía y la escritura era la tuyo?
Siempre inventé historias en
mi mente. Siempre creí que inventar le hacía bien al mundo. Pero solo supe que
podía llegar a escribir literatura leyendo un libro que, al final, me
convertiría en escritor: “Confieso que he vivido” de Neruda. Mientras lo leía,
afloraron todas las historias en mi cabeza. Al terminarlo me propuse a escribir
una de ellas. La escribí, y todo empezó.
¿Qué te inspira o qué es eso
que te impulsa a seguir escribiendo?
Algo dentro que no tiene
explicación. Es una especie de necesidad invisible que al ser saciada,
escribiendo por supuesto, ayuda a que mi corazón camine con paso firme y
sosegado el arduo camino de la cotidianidad del siglo XXI. Eso y, sin lugar a
dudas, la lectura de autores que son leyenda, poetas sobre todo que nunca
claudicaron en ese camino que suele ser, unas veces, desagradecido.
¿Qué es lo más gratificante
para ti como escritor?
Poder liberar esos demonios
que me agobian como ser humano de manera limpia y frontal, dejándolos libres en
las páginas de un libro, un cuaderno de notas o, simplemente en cualquier sitio
donde mi mente pueda escribir.
¿Dónde y cómo surgió “Un
bicho cayendo con épica agonía”?
Es muy difícil dar una
explicación al por qué de una frase, o unas palabras sueltas que resultan
titulando un grupo de letras. Los motivos o significados que obligaron la
titulación pudieran ser igual, o más, que la cantidad de mentes que alguna vez
crearon un texto literario. Sin embargo, recién se terminó de escribir el libro
escribí lo siguiente (que reposa en mi blog personal bajo el título “¿por qué bicho, y por qué agónico? ¿Por qué épica, y por qué agonía?”):
Una de las preguntas más frecuentes cuando alguien lee el título de mi primer libro, o tiene el libro en sus manos es: ¿Por qué ese título?
El título del libro es “Un bicho cayendo con épica agonía”
Y se llama así por una razón tan compleja como corriente: Luego de terminarlo (con otro título, lo había llamado: “Al caer” y de subtítulo “Versos agónicos”), y pensar con detenimiento en el enjambre que nace dentro nuestro cuándo perdemos algo que fue importante en nuestras vidas, cualquier cosa, por un tiempo o para siempre, desfiló la idea en mi cabeza, en sentido vertical, y como un zig-zag lento y adormilante “Somos insectos, y en la caída hacia el precipicio, cantamos en el idioma que se nos ocurra, en lenguas inaudibles si es preciso, para tener un cómplice, un compañero y no morirnos solos en nuestras miserias.” Así que me decanté por el oficial, aunque más largo y engorroso, hasta para comentar en la tertulia cuando te preguntan ¿Cómo se llama el libro? Y al repetirlo resulta suficiente para ganarte un silencio que otorga.Pero quiéralo o no, ya quedó bautizado así, por los siglos de los siglos.
No sé si esto responda la
pregunta. Lo cierto es que ahora sé que soy un bicho igual de débil que
cualquiera que anda por ahí,
posiblemente espichado por una mano fuerte y ágil.
¿Qué sientes como poeta en un
país en el que este tipo de arte no es tan apreciado?
Más que no tan apreciado creo
que es menospreciado o, por lo menos, relegado a las últimas posiciones en
cuanto a necesidades primarias. Claro está, hablo generalizando, es decir
pecando, sobre las juventudes que vienen hace mucho tiempo detrás de un
televisor viendo lo que pueden ver.
Los tiempos que vivimos hoy
son de necesidades inmediatas y de cambios predecibles. Permanentemente vemos
imágenes que se contraponen con una rapidez incontrolable; es casi como si
fuéramos una de ellas y, de no movernos con la velocidad adecuada terminaríamos
detrás de una más joven, y pronto olvidados por quien nos ve. En síntesis, creo
que el mundo, tal como se vive hoy, no deja un respiro para leer poesía. Por
ello, y para vencer al mundo antes de que me engulla, me propongo, todos y cada
uno de los días que vivo, leer un poema, un verso, algo de poesía; no paso un
día de mi vida sin leer poesía.
Pero para responder la
pregunta, siento que debo trabajar sin descanso; es decir que debo preparar mi
mente y mi cuerpo para que la poesía trabaje conmigo, por mí, desde mí, hasta
mí. Lo bueno de la poesía es que no nos necesita. Es un consuelo crudo, pero que permite vivir sin miedo a
morir y no haber hecho lo suficiente.
¿Qué es “Regálate un poema”?
Es un proyecto poético donde
regalamos poemas basados en hechos o situaciones, de todo tipo, puestas en la
bandeja por un tercero. Una persona nos dice “quiero un poema que hable de
cuando mi gatito se murió el día de mi cumpleaños”. Un grupo de poetas anónimos
realiza el poema, basados en la muerte
del gatito. Hemos hecho poemas de todo tipo: De amor de pareja, hacia los
hijos, de unas mujeres valientes que lucha por su país, uno muy curioso en
forma de luna, en fin, de todo, para todos.
En estos últimos días estamos
implementando subir el audio de la lectura del poema, realizada por su dueño, o
por algún interesado colaborador.
Es un continuo compartir de
almas; comparte el que se abre con su historia ante los poetas que hacen su
poema personalizado, y comparte el poeta al pretender hacerlo poesía.
Sería algo como regalarte tu
propio poema, creado por ti pero redactado o plasmado en forma poética por un
anónimo. Yo soy el domador de esa manda de poetas venidos de toda parte.
Es un proyecto personal para
retarme como creador y como dador. Regalamos poemas que retan a la crítica. Son
poemas muy personales, casi que para una sola persona, pero con que esa persona
se sienta poesía, la labor estará cumplida.
¿Qué te hizo compartir tus
poemas?
Creo que es mi naturalidad de
regalar sonrisas. La sonrisa es vida, la poesía también.
¿Qué autores son tus
favoritos, te han servido de inspiración?
Si de poesía hablamos hay un poeta
en este momento de mi vida que podría preferir: Rafael cadenas, venezolano.
Estoy concentrado leyendo su obra completa y puedo decir que es una obra
resistente al tiempo, como debe ser.
Pero no se puede resumir a un
solo autor las referencias de aprendizaje. Un escritor latinoamericano que se
quiera un poco tendrá que leer la poesía de Borges. Muchas veces. En caso de
hablar de universalidad hay que leer a Blake, Saramago (en poesía y en prosa),
Pessoa, Nicanor Parra, de mi patria a Álvaro Mutis. Pero podría resumir que mi
autor preferido es José Saramago, desde cualquier perspectiva. Una de mis
frases de batalla es: “Saramago… siempre Saramago.” Con eso lo digo todo.
¿A la hora de escribir tienes
alguna costumbre o manía “rara”?
Necesito oír música no
comercial. Ojalá desconectado de internet. Pero sobre todo, y la más
importante, tener frescura para recordar todo lo que escribí en mi mente
mientras no estuve frente al computador, siempre escribo, transcribirlo es solo
el final del proceso.
¿eBook o libro impreso?
No me resisto al libro
digital, he leído algunos, de hecho, pues de alguna manera, o en parte,
pertenezco a los nativos digitales, pero la sensación que te produce un libro
en papel no tiene comparación. Cada libro es único, en edad, color, aroma,
textura. El libro digital pierde puntos frente a un lector tradicional, también
conmigo, porque agota muchísimo más que el de papel.
Ahora
hablemos un poco de Colombia y su baja tasa de lectura. Desde tu punto de vista
como escritor podrías respondernos:
¿Cómo crees que se debe
abordar esta problemática?
Creo que debería ser parte de
una política de gobierno, local, regional, o nacional. En esto se deben incluir
todos los temas comerciales y de relaciones internacionales porque, creo, no
hay nada más universal que un libro, en su presentación adecuada para cada
cultura. Tristemente, las personas menos afortunadas económicamente en Colombia
consiguen primero un televisor que un libro, a veces cualquier cosa antes que
un libro.
Esto nos da una lectura muy
singular: a los grandes poderes políticos no le interesa que una persona se
cuestione, se interrogue y sienta desasosiego frente a la sociedad que le tocó
vivir. No le interesa que un ciudadano se sienta en desigualdad intelectual y
llegue a pretender luchar por ello.
¿De quien crees es la
responsabilidad de esta problemática, de las editoriales y sus altos costos, de
la sociedad en general que no fomenta la lectura entre los jóvenes y niños, de
los padres de familia?
Este es su twitter @SergioMarentes
Interesantes respuestas, buenas preguntas, me gusto mucho el blog.
ResponderBorrarAndres Santoyo
Que entrevista, sinceramnre no le conocia pero apuesto a que pronto me hare a alguna de sus obras, gracias Niñas por impulsar el amor a la lectura y a las buenas letrs y gracias a Sergio por responder y dejar ver al artista y la persona
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